¿Cómo enmarcas el trabajo en el conjunto de su vida?

Publicado el 16 de febrero del 2017

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Hemos cambiado de siglo, manteniéndonos en la zona cómoda para poder mantener el puesto y el status. Nadie está muy contento, pero eso que importa; a partir de un nivel dejan de formarse porque ya lo saben todo, no se comprometen porque buscan estabilidad más que adaptación al entorno, no cambian por no meterse de nuevo en tensiones y dejan de crecer y entusiasmarse con proyectos nuevos porque dicen estar ya de vuelta.

¿Pero que es estar de vuelta en una organización? Si es estar sin energía, sin ganas, sin fuerza; entonces, hazme un favor, vete, y deja tu puesto a otro que realmente quiera vivir la experiencia, que quiera crecer de verdad con la organización, pues cambiar no es perder, cambiar es sembrar, germinar, crecer...

En este paso de una economía monetaria a una economía centrada en la satisfacción con la vida, hay 3 tipos de orientación laboral:

  1. Trabajo: sirve para cobrar un sueldo a final de mes. No es más que un medio para lograr otros fines y no se espera de él otro tipo de compensación. Cuando se deja de percibir una remuneración el trabajo es abandonado.
  2. Carrera: implica un inversión profesional más profunda. Determina logros a través de la retribución económica, pero también mediante ascensos, cada uno de los cuales aporta prestigio y poder, aparte de un aumento de sueldo.
  3. Vocación: es un compromiso apasionado con el trabajo mismo. Las personas con vocación consideran que su trabajo contribuye al bien general, a algo que trascienda al individuo. El trabajo es satisfactorio por derecho propio, independientemente del dinero y de los ascensos.

Asume la responsabilidad de tu propia vida, que no significa conseguir un empleo, ganar suficiente dinero para manterernos y no depender de otra persona para sobrevivir. Asumir la responsabilidad significa:

  1. No culpar nunca a nadie por lo que uno es, tiene o siente
  2. No culparse a sí mismo: cualquier cosa que te quita tu poder o tu placer te convierta en victima. ¡No hagas una victima de ti misma! Para algunas esto es más difícil que culpar a otros.
  3. Saber dónde y cuándo no se ha asumido la responsabilidad para cambiar.
  4. Acallar a la charlatana (me refiero a esa vocecita interior, a esa voz que trata de enloquecernos y que tan a menudo lo consigue).
  5. Estar al tanto de los resultados que lo mantienen a uno atascado: los resultados explican por qué optamos por perpetuar lo que no queremos en la vida. Cuando comprendas los resultados, tu conducta cobrará mayor sentido para ti.
  6. Imaginarse lo que quiere uno en la vida y obrar de acuerdo con ello.
  7. Tener conciencia de las numerosas alternativas que uno tiene en una situación dada. Elije el camino que contribuye a tu crecimiento y te haga sentir en paz contigo misma y con los demás
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